MÁS CUALIDADES DE LA TERAPIA INTENSIVA

Cuando hablamos de terapia intensiva, hacemos referencia a la realización de sesiones ABA de manera diaria y con mayor duración que las sesiones estándar, para la consecución de objetivos planteados y la adquisición de habilidades pautadas en un menor periodo de tiempo.

Dichas terapias se encuentran centradas en el aprendizaje del niño/a, la regulación de su conducta, las habilidades de autonomía, capacidad de atención, adquisición de habilidades sociales, etc.

El contexto escolar del niño supone una formación diaria y constante para él, encontrándose inmerso en este contexto la mayor parte de su día.

La formación escolar opta por la constancia en la aplicación de materias y contenidos, así como en una consecución de objetivos, teniendo en cuenta la asiduidad de la jornada escolar y de los beneficios que esto conlleva gracias al tiempo que para el niño supone y gracias a ello, su formación continuada.

Teniendo en cuenta esto, mediante la realización de sesiones de terapia intensiva con niños supondría que podrían conseguir mejores resultados y beneficios en su desarrollo, ya que se trataría de una terapia constante e intensa, que permite la consecución de objetivos a más corto plazo.

Las sesiones intensivas además, debido a su continuidad, permiten que las destrezas y habilidades logradas se mantengan a lo largo del tiempo y también se puedan aplicar y extrapolar a otros contextos de la vida cotidiana.

Al ser una terapia que consta de un gran número de horas semanales, permite trabajar con el niño todas las áreas de desarrollo en función de sus necesidades y partiendo de la base que posea, siendo unas sesiones individualizadas y personalizadas.

En las sesiones aplicadas se realizan los aprendizajes de manera lúdica, lo que hace que suponga un elemento motivador y atractivo para el pequeño y así se muestre activo e inmerso en la dinámica de enseñanza-aprendizaje.

Además de llevar a cabo una metodología activa, se realizan algunas actividades derivadas de la integración sensorial, habilidades sociales y emocionales, actividades centradas en la mejora de la motricidad, la concentración y la organización conductual.

TERAPIA INTENSIVA EN ANÁLISIS Y MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

ABALOO MADRID

Cuando hablamos de terapias intensivas dentro de la metodología ABA muchas son las familias que respiran aliviadas por poder contar con esta posibilidad. A otras de primeras les puede suponer un importante desembolso puesto que se trabaja uno a uno durante un promedio de 15 horas semanales.

No sólo estamos favoreciendo un entrenamiento de habilidades que hace que se adquieran en menos tiempo, sino que evitamos que se den situaciones donde aparezcan conductas inadecuadas que se generalizan con diferentes personas y en otros contextos que luego son más difíciles de afrontar. Se favorece los éxitos en el aprendizaje minimizando el número de errores.

Aplicar el análisis y la modificación de conducta en un ambiente clínico, más controlado y de manera intensiva, propicia a que la adaptabilidad del niño sea mayor en el hogar, en su entorno comunitario más cercano y en el contexto escolar. En éste último todas aquellas oportunidades que tiene de estar con iguales (modelos para imitación, juego en paralelo, etc) se aprovechan mucho mejor después de haber tenido un entrenamiento en un contexto más controlado.

Esto sin tener en cuenta la plasticidad de aquellos niños diagnosticados con TEA o con otros trastornos generalizados del desarrollo en edades tempranas. El impacto de la terapia es tan rápido y efectivo que, una vez trabajadas todas aquellas barreras que impiden que se produzcan aprendizajes significativos, la curva de adquisición de aprendizajes es más rápida y constante.

Otro de los beneficios que se han ido observando durante muchos años de trabajo como terapeuta es el de una rápida adquisición del lenguaje o de los sistemas alternativos de comunicación. El hecho de que un alumno no sea capaz de expresar lo que quiere por tratarse de un niño preverbal, hace que aparezcan conductas inadecuadas para conseguir aquello que desea.

Poder conocer otros sistemas de comunicación de manera eficaz y en poco tiempo hace que pueda acceder a aquello que quiere pero además que su conducta no se dispare al no poder comunicar aquello que desea. Las “pistas visuales” para aquellos niños con bajo autocontrol o dificultades en la adquisición del lenguaje, ayudan a establecer normas y pautas, secuencias del actividades del día… y sobretodo, cuándo va alcanzar aquello que es reforzante para él.

A veces algo tan simple como un pictograma de cuándo y qué toca comer es la vía para que no aparezcan rabietas, lloros y quejas por desconocer cuándo y el qué de situaciones del día a día.

En una terapia intensiva es fácil reconocer cuáles son las necesidades y qué apoyos necesita para tener una comunicación efectiva a través de ayudas visuales u otros sistemas alternativos de comunicación. Aquellos niños verbales o que empiezan a comunicarse de manera verbal, se benefician tanto del mayor número de ensayos discretos que forman parte de un ambiente más clínico, como de poder generalizar esos aprendizajes en contextos más naturalizados.

Otra de las ventajas es aliviar el estrés que muchos padres tienen al recibir la noticia de que su hijo es diagnosticado con un trastorno dentro del espectro autista o generalizado del desarrollo. Muchos de ellos ven que aquellas conductas que perduraban en el tiempo y que cada vez aumentaban en frecuencia e intensidad se ven reducidas en menor tiempo. Además de aprender herramientas para hacer frente a esas conductas inadecuadas, son capaces de analizar qué estímulos son los que desencadenan esas conductas o cómo pueden responder ante esos comportamiento (hablamos del análisis funcional).

Al poder intervenir de manera intensiva con el niño, también lo estamos haciendo con la familia. La terapeuta no solamente es aquélla capaz de llevar a cabo la programación diseñada por el equipo sino que además sirve como modelo para los padres facilitando la formación de familias y sugiriendo modelos educativos específicos para su hijo.

Sin lugar a dudas la terapia intensiva es un formato muy enriquecedor también desde el punto de vista profesional. Como terapeuta, poder observar grandes pasos y logros en un alumno en poco tiempo es muy gratificante. Enorgullece ver, sobretodo en edades más tempranas, que se dan aprendizajes duraderos que fomentan la integración en contextos próximos al niño y mejorar su calidad de vida.

TERAPIAS INTENSIVAS

En el artículo de hoy vamos a hablar un poquito más acerca de las terapias intensivas que realizamos en Abaloo.

El concepto de terapia intensiva con el que nos sentimos más identificadas es aquel que permite que los aprendizajes de los niños con los que tratamos sean contextualizados y significativos en todas las áreas de su vida. Para esto, la intervención que realizamos ha de tener una presencia en el día a día como para permitir que permita que todo esto se lleve a cabo.

Para nosotras es más significativo que los niños con los que tratamos tengan una estructura y hábito de trabajo diario que llevar a cabo una intervención aislada pero de una gran intensidad horaria.

Es decir, aunque la terapia se realice todos los días 2 horas, lo que tiene más peso es que se realice con asiduidad, sistematicidad y constancia, de modo que el tratamiento continúe y se extrapole a todos los contextos posibles que influyen en la vida del niño.

Dicho esto, voy a pasar a analizar un poco más extensivamente la labor que hacemos en una de estas intervenciones.

En este caso, los niños con los que realizamos la intervención son hermanos gemelos, actualmente tienen 4 años. El tratamiento comenzó cuando ambos tenían 2 años de edad. La terapia de cada uno es individualizada pues cuentan con necesidades dispares.

Una de las ventajas principales de la realización de intervenciones intensivas es que nos brinda la oportunidad de actualizar los objetivos de las programaciones de manera mucho más continua y fiel al nivel de habilidad que presenta el alumno. Al intervenir con ellos todos los días nos permite responder de manera más rápida y efectiva a posibles problemáticas derivadas de programación y/o conductas disruptivas.

De igual forma, el avance se ve afectado consiguiendo los objetivos de manera más inmediata. Colateralmente facilita estemos más cerca de las familias, escuchar y atender sus necesidades así como mantener una comunicación más activa, de modo que conozcan en todo momento el nivel y situación de su hijo.

En el caso de estos peques tuvimos que trabajar habilidades pre-requisitas que por etapa evolutiva ambos debían tener pero no se daban de manera espontánea.

Trabajamos mucho habilidades previas que los niños necesitan tener a edades tempranas para posteriormente desarrollar el lenguaje y habilidades más complejas en general.

Este trabajo, se efectuó principalmente a través del condicionamiento de actividades y estructuras de trabajo de manera positiva, basándonos siempre en los intereses de ambos niños y fomentando el descubrimiento de nuevos juguetes y tipos de juego.

Les ayudamos a entender el funcionamiento funcional de los objetos y ampliar el repertorio de objetos, animales, juguetes, categorías semánticas conocidas, etc.

Está intervención, vigente actualmente, ha tenido una gran evolución y en el momento actual nos encontramos tratando el lenguaje funcional de ambos niños que ya hablan y se comunican, juegan y aprenden a través de experiencias naturalizadas y generalizadas de forma muy similar a cualquier niño de su edad.

Esto ha sido posible, en gran parte, a la continuidad de la terapia y sus aprendizajes, entrenando desde la generalización y aplicando los conocimientos adquiridos a otros contextos naturales, mejorando su calidad de vida y por ende, la de su familia.